¿Es mejor el gel de ducha o el jabón corporal?
Día tras día nos encontramos una nueva opción para añadirle a nuestro cuerpo. Una crema exfoliante por aquí, un jabón humectante por allá, un champú restaurador por este otro lado, y un gel con vitaminas y minerales también, por supuesto.
Cada producto clama ser necesario para resolver algún tipo de falla que tiene nuestra piel, o nuestro cabello, y nosotros terminamos adquiriéndolos todos. Pero ¿en qué medida es esto más beneficioso que el sistema de nutrición e hidratación que trae nuestro propio cuerpo?
Al final del día nos vamos a la cama y entre geles de ducha, cremas, desodorantes, talcos, perfumes y maquillaje nos hemos echado más productos químicos que la cantidad de alimentos que consumimos.
No le damos oportunidad al cuerpo de producir su propio olor, sus propias grasas, su propia humectación.
Aun así, no estamos apostando por dejar de usarlos todos. Hay que estar conscientes de que los factores como la mugre no van a desaparecer solos, pero al menos podemos hacerle un favor a nuestro cuerpo si dejamos de prestarle atención sólo a las promesas de beneficios (pues al final de cuentas, ¡ninguna marca nos va a hablar mal de su producto!) y pasamos a evaluar por nuestros propios medios si la pastilla de jabón o el gel de baño que estamos utilizando tiene componentes saludables y es en realidad adecuado para nuestra piel.
A continuación te ofrecemos una práctica guía de 4 pasos sobre los aspectos que tienes que tomar en cuenta a la hora de adquirir tus jabones y geles de ducha.
Qué es el gel de ducha sin parabenos, sulfatos o siliconas
Indaga si tu jabón tiene parabenos, sulfatos o siliconas.
Seguro alguno de estos nombres ya te suenan de algo. Todo el mundo habla mal de los parabenos, y todo el mundo habla bien de las siliconas pero sus beneficios son un engaño.
Lo primero que debes hacer es una investigación entre los componentes de tu jabón o gel de ducha para averiguar si contiene alguno de estos químicos, los cuales no quieres ni cerca de tu cuerpo, y voy a explicarte por qué.
Los parabenos son odiados a nivel mundial, ¡pero a pesar de ello están en todos lados! Incluso en la comida, porque son conservantes químicos, bactericidas y fungicidas, es decir, evitan que los productos con ingredientes orgánicos se descompongan con facilidad.
Están en todos lados por 2 motivos: primero, su producción es sencilla y económica, y segundo, son inofensivos EN BAJAS DOSIS.
Pero ¿cuándo los humanos hemos aprendido a dosificarnos? Queremos comer helado todos los días si fuera posible, y cuando compramos una crema corporal que tiene un rico aroma nos la embadurnamos por todo el cuerpo 5 veces al día.
También hay ocasiones en que se sale de nuestro control. ¿Cómo hacemos para dosificar el único jabón corporal que tenemos para ducharnos todos los días?
¿De qué otra manera evitamos la transpiración y el mal olor si no nos llenamos las axilas con ese perfumado desodorante que sin duda alguna contiene Parabeno?
¿Acaso no es posible crear un producto eficiente para el aseo personal y a la vez exento de químicos dañinos?
Claro que lo es. De hecho ya existen. Son quizás algo más caros, pero me atrevo a afirmar que vale la pena si de un par de euros se trata para evitarme un tumor.
Y no vienen sólo en esas presentaciones poco atractivas de geles de ducha farmacéuticos que tienen todos el mismo aburrido olor; puedes conseguir unos maravillosos geles de ducha por completo libres de parabeno que a su vez tienen presentaciones únicas y aromas que con seguridad te van a acompañar durante un día de faena.
Uno de ellos es el gel de baño en espuma Ritual of Sakura, de la marca Rituals¸el cual ofrece una experiencia de suavidad y limpieza renovadora a la vez que te protege tanto del parabeno como de los otros químicos peligrosos.
[affegg id=289]Porque no olvidemos que el parabeno no suele venir solo. Los sulfatos y la siliconas por lo general vienen en el mismo paquete, en un coctel químico que seguro te echas en el cuerpo todos los días (¡no sé qué esperas para ir a revisar tu gel de baño!). En líneas generales son componentes comunes, pero eso no quiere decir que sean positivos.
Los sulfatos se encargan de crear la espuma y de arrastrar la suciedad, es decir, son el agente químico encargado de realizar la limpieza, pero en cantidades elevadas perjudican y resecan tu piel y tu cabello.
Con las siliconas nos han hecho creer que son beneficiosas para el cabello, pero en realidad sólo son beneficiosas para el mercado cosmético.
Es un truco que sirve para hacer sentir tu piel suave y tersa y tu cabello liso y brillante, pero que a la vez bloquea la absorción de nutrientes, por lo que de manera prograsiva tu piel y tu cabello regresarán a un estado de resequedad y textura quebradiza.
¿Y qué te recetará la industria cosmética? ¡Más siliconas! Porque es obvio, si no sabes qué es lo que te está haciendo daño, es difícil combatirlo.
La solución final, final, definitiva, es optar por un gel de ducha por completo libre de parabenos, sulfatos o siliconas. Y eso es lo que se conoce como un gel de ducha BIO.
Ingredientes que debes buscar en los geles de ducha
Aprende a reconocer los ingredientes de un gel de ducha BIO.
Prepárate para que la próxima vez que vayas a la farmacia o al almacén no te dejes meter gato por liebre. Un gel de ducha BIO, como ya dijimos, es un producto por completo libre de jabón, parabenos, sulfatos o siliconas.
Se reconocen porque tienen la palabra BIO en el nombre, lo cual es un certificado que se gana el producto después de pasar estrictos controles de calidad que garantizan la ausencia de componentes químicos dañinos para la salud.
Además, los mejores geles de ducha BIO han suplantado muchos de sus componentes químicos –aun sin ser dañinos− por componentes naturales con mejores propiedades nutritivas para el cuerpo y el cabello.
Un excelente ejemplo de gel de ducha BIO es el gel de ducha Bioderma Atoderm, cuya combinación de compuestos no sólo limpia con una suavidad envidiable, sino que además humecta la piel, aliviando la rigidez. Lo único que deja para desear es un aroma más atractivo.
[affegg id=290]Pero si de aromas atractivos se trata, la opción perfecta es el gel de ducha BIO SANTE de piña y limón.
[affegg id=291]Tiene todas las propiedades que ofrece el Bioderma, contiene componentes de origen orgánico y además te deja una fragancia cítrica tropical durante horas.
Cómo elegir un buen gel de ducha según tu tipo de piel
Evalúa tu piel antes de escoger entre el gel y la pastilla de jabón.
Así como hay geles de ducha sin parabenos, también hay pastillas de jabón corporal sin este componente, pero el componente que no puedes retirar de una pastilla de jabón corporal es el jabón como tal.
El jabón no es un componente dañino en sí. De hecho, es de cierta manera más eficaz para eliminar las impurezas que el componente con el que se sustituye en los geles de ducha, porque tiene la capacidad de disolver la grasa.
Pero así como disuelve la grasa proveniente de las impurezas, también disuelve la grasa producida de manera natural por tu piel para nutrirse y mantenerse humectada.
Por lo que si tienes una piel que tienda a la resequedad, utilizar una pastilla de jabón corporal no hará más que empeorarlo, por lo tanto es la razón primordial para escoger el gel de baño.
Otro motivo por el que es recomendable el gel de baño es porque puedes utilizarlo tanto para el cuerpo como para el cabello, y te bridará en ambos los mismos beneficios hidratantes y de suavidad.
Puedes aplicarlos con confianza como si fuera un champú porque la mayoría de los geles de baño vienen diseñados para no irritar los ojos.
Una excelente opción para encargarse de todo el aseo corporal es el champú y gel de ducha Weleda Baby de Caléndula, que es un gel de baño BIO, con componentes orgánicos y con un aroma placentero pero sin resultar invasivo, diseñado para toda la familia.
[affegg id=292]Otro gel de ducha pensado para encargarse tento de la piel como del cabello de los más pequeños es el Gel de ducha para bebé Mustela, formulado para su uso desde los primeros meses de vida.
[affegg id=293]Precauciones especiales si tienes piel atópica o sensible
La piel atópica es una condición cutánea que se caracteriza por la resequedad, escamación e irritación.
Es necesario escoger productos que tengan compuestos farmacéuticos especializados en combatir esta condición y brindar la humectación necesaria para este tipo de piel.
Si esta es tu situación, la mejor opción es el gel de ducha Lipikar La Roche Posay, desarrollado por personal farmacéutico especializado y destinado a generar un efecto calmante para el posible escozor y reponer lípidos para ayudar a restaurar la barrera cutánea.
[affegg id=294]Por otro lado, también es posible tener una piel sensible sin que haya presencia de una condición médica como tal.
La piel de algunas personas es más vulnerable a cualquier componente químico y reacciona con alergias e irritación ante todo tipo de pastillas de jabón corporal o geles de ducha comunes.
Para este tipo de piel es necesario un gel de ducha con PH neutro y de fórmula suave, con compuestos orgánicos que protejan la piel.
Con estas características encontramos el gel de ducha con avena ISDIN, con harina de avena pura coloidal que funciona como un humectante, suavizante, emoliente, protector y anti pruriginoso.
[affegg id=295]Si no te sientes identificada en ninguna de estas situaciones, ¡la suerte está contigo! Tienes una piel sana y resistente y los geles de ducha para piel regular son menos costosos.
Aprovecha esa característica de tu cuerpo para probar varias opciones de gel de ducha con ingredientes y aromas distintos.
El gel de ducha REVLON Natural Honey Frescor de Colonia es nuestra última recomendación.
[affegg id=296]El broche de oro entre los geles de ducha para piel regular, por su original aroma a colonia de bebé y su presentación familiar pensada para la economía, ¡no dejes de probarlo!
[affegg id=288]
A mi, me llevó a urgencias usar el REVLON Natural Honey Frescor de Colonia, me ardía el cuerpo como si fuera ácido.
Me convertí por unos días en la niña del exorcista.
A mi, me llevó a urgencias usar el REVLON Natural Honey Frescor de Colonia, me ardía el cuerpo como si fuera ácido.
Me convertí por unos días en la niña del exorcista.